sábado, 4 de febrero de 2012

La Isla Flotante

“En este momento es de noche, estoy sentado en una cama hecha de juncos, único elemento adentro de mi chozita, construida en su totalidad en el mismo material. Llueve. Floto sobre una de las Islas de Uros.  Yo solo, estoy conviviendo con una de las 60 pequeñas comunidades que viven cada una en una isla…”

Me desperté una mañana en Puno. Como ya es costumbre en mi rutina (no importa en que pueblo o ciudad me encuentre) fui a desayunar al Mercado Central. Luego deje mi mochila grande en el Kollas In y me tome una Moto-taxi hasta el puerto.
En Peru, el sistema de lanchas entre islas es diferente al de Bolivia: en Bolivia son como colectivos, te las tomas cuando queres, el tramo que queres y te moves con totalidad libertad. En Peru, en cambio, son todas agencias que ya te venden a un precio fijo el tour del paquete ya armado para todas las islas, con los tiempos en cada una ya establecidos y con un orden predeterminado. Como esta opción no me cerraba por ningún lado, en el muelle principal me dedique a dialogar con varios capitanes de la lanchitas para que únicamente me llevaran a las Islas de Uros y desde ahí yo decidiria cuando me movería y cual seria mi próximo destino.


Asi fue como consegui tomarme un barquito hasta una de las Islas Flotantes de Uros. En el viaje conoci a unos flacos ecuatorianos que estan haciendo un Moto-Trip por varios países de Sudamerica.
Desde que vi a lo lejos las islas, pense: “QUE ES ESTO??? POR EL AMOR DE DIOS!!!”. Es simplemente increíble! Son un monton de islotes a ambos lados de un canal. Todo lo que se ve esta construido a mano, con juncos sacados de los bordes del lago, y todo FLOTA!!!

La comunidad esta super organizada: son 60 islas. La mitad (las 30 del norte) reciben turistas 3 o 4 dias a la semana y los días restantes le toca a la otra mitad (las 30 del sur). Cada isla tiene un presidente. Y entre los presidentes hay un delegado de toda la comunidad que es quien habla ante el Alcalde de Puno. Solo pueden vivir en las islas: las familias originarias, descendientes o mujeres que se casan con originarios (las mujeres originarias que se casan con un outsider, se tienen que ir de las islas, no pueden traer a su nuevo marido). Nadie mas puede incorporarse a la comunidad.


Hacen artesanías (los hombres fabrican mini barquitos de totoras y las mujeres bordan telas) y todos reciben a los visitantes. Visten sus ropas típicas (telas de colores fluo muy llamativas), y cocinan sus pescados recién sacados del Lago Titicaca. Por isla, hay 4 o 5 casitas, una cocina, comedor, baños afuera y un mirador en la altura. Los presidentes son hombres, y el resto mujeres y niños. Se transportan en botes a remo (algunos de madera y muchos otros de juncos). Se comunican en su idioma originario: el Aimará. Kamisaraki? (Como estas?), Waliki (bien). Hakisimkan (Adios!). Todos son muy amables!!!



Desde que llegue, que trato de imaginarme como seria mi vida en un lugar asi. Tan solo estoy viviendo 24 horas de su rutina. Ellos viven asi, todos los días de su vida. El lugar es apasionante, extremadamente lindo e increíble…


Me enseñaron mucho de su historia y de su vida cotidiana. Para construir las islas, primero consiguen grandes bloques de tierra que flotan, después le clavan estacas de madera, y unen las estacas con cabos, y finalmente se van agregando capas de totoras en uno y otro sentido. Este proceso se tiene que hacer permanentemente ya que la totora se va pudriendo y se convierte en tierra solidificada. La isla flotante puede llegar a tener un espesor de 4 metros de alto. Cada isla esta fondeada con cabos. Cada una tiene como 20 fondeos que procuran que las isla no se mueva. Tambien tienen un sistema de entierro de sus desechos, ya que no los pueden tirar al lago, porque desde ahí mismo sacan el agua que usan para consumo personal. Por supuesto: ni agua corriente, ni electricidad. Solo algunas islas principales, tienen paneles solares.

Durante el dia, reciben a los turistas: Vi como se preparan para recibir a cada barco con visitantes. Todo un evento! Recorri la isla, pero no quería verla como un turista mas, quería vivirla, necesitaba algo mas… Hable con el presidente de una isla y le pedi si me podía quedar a dormir. Acorde quedarme y le avise al capitán de mi barco que no me iria con ellos...el barco partió, y yo me quede!

Las horas desde la tarde hasta la mañana siguiente fueron las que mas disfrute! Pase mucho tiempo yo solo con ellos, observandolos, charlando, y acompañándolos en sus actividades…A la tarde fuimos a pescar con sus botes de madera a remo. (Reman de una manera muy particular: parados y mirando para adelante!) Uno de los locales me pregunto: “sábes remar??”. Y yo pense, ESTA ES LA MIA! Voy a poder demostrar mis dotes de remero! Después de tanto remar por los diques de Puerto Madero, esta es mi oportunidad!. “PPPFF  remar yo? SI, por supuesto!!!”. PARA QUE! Un papelon! Se me cagaron de la risa. El bote era pesadísimo, los remos durísimos, no avanzaba ni para atras, me llevaba la corriente!!!

Al atardecer llego a la isla una monja, muy viejita y simpatica, que estaba misionando. Hablando y cantando les transmitió (a mi incluido) enseñanzas de la biblia y mensajes de Paz.

A la noche comi con ellos y me hice amigo de un niño muy simpatico que sello mi pasaporte con la insignia de los UROS. Lindo recuerdo! A la noche, me asignaron una chozita. Toda hecha de juncos, entraba el “chiflete” por todas partes. Hacia un frio de no creer. Pero por suerte me dieron 5 frazadas! Asique dormi como un rey! Durante la noche, no hay luz, todo negro, solo se ven las estrellas y las luces de la ciudad de PUNO lejos en la costa.

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