Desde el pueblo de Huanchaco, me iria a otro pueblito surfista: Pacasmayo. Este es aun mas chico, mas precario y mas solitario que el anterior. Era un punto recomendado por mis amigos Panchito Alonso y Alvarito Anguita, surfistas. Y quedaba justo a mitad de camino entre Huanchaco y Piura, que seria el punto de bifurcación hacia las montañas, para cruzar a Ecuador.
La mañana siguiente a la fiesta de la entrega de premios del campeonato de Longboard de Huanchaco, me desperté y levante campamento. Aliste todos mis bartulos, pague mis deudas y sali rumbo a la ruta de acceso principal al pueblo. Desde ahí me tome un bus local con destino a la ciudad de Trujillo. Dicho bondi, me dejo en una rotonda bastante céntrica. Desde ahí y bajo el rayo del sol, me puse a buscar la avenida desde donde salen los minibuses hacia el norte…
Luego de varios intentos fallidos, di con la avenida en cuestión y encontré una empresita de minivans que viajaba hacia Pacasmayo. Sin dudarlo me acerque y negocie el precio del pasaje. Tuve que esperar un rato hasta que se ocuparan todos los asientos libres y entonces si, estábamos listos para partir.
Para el camino, compre unas galletitas para matar el hambre. Afuera un calor sofocante, adentro gracias a Dios, fluia el aire acondicionado. La ruta, bastante monótona, desierto a la derecha y desierto a la izquierda. Luego de un par de horas, la minivan entro por el acceso al pueblo de Pacasmayo y ahí me dejo. Solito y sin muchos datos, me encontraba en un pueblito minimo del norte de Peru. Averigue a cuantas cuadras estaba de la costa y opte por caminar. Llegue a la costanera, vi el mar y evalue la situación… el único dato que tenia del pueblo era el nombre del hostel que Panchito me había aconsejado: LOS FAROLES. Pregunte a varios locales y el nombre no les sonaba. Finalmente uno buena onda me dijo: “La gente como tu va a uno que queda alla a la vuelta”. Me quede pensando a que se referiría con “Gente como tu”. En fin, si la gente como yo va aca a la vuelta, iremos aca a la vuelta pues…Asi fue como encontré el Hostel Los Faroles.
Pacasmayo – KM recorridos: 8.920
El hostel Los Faroles es simplemente perfecto…imposible no sentirse a gusto, comodo, uno se siente como en casa. El lugar tiene onda, es lindo, te invita quedarte. Los dueños son una abuela, sus dos hijas, una con su marido Carlos el surfista y su hijo e insoportable hija Natalia y la otra soltera con su única hija Maria Alejandra. Como cuando llegue no había nadie, me dieron el mejor cuarto, que era espectacular, a un muy buen precio. Me instale como un rey!
Todos los cuartos estan alrededor de un gran jardín lindísimo, con hamacas paraguayas, parrillita y un lugar para dejar las tablas. Tienen tres perros increíbles: un bulldog muy gracioso y dos Braco Aleman, mi nueva raza de perro favorita. Es increible ese perro, muy simpatico, super compañero y al mismo tiempo tranquilo, se sienta siempre al lado tuyo mirándote, con postura elegante.
Pacasmayo es un pueblito pesquero muy tranquilo. Tiene una mini rambla de dos o tres cuadras sobre la playa principal adonde van los locals, un muelle lleno de pescadores y muchísimos barquitos pesqueros fondeados todo alrededor. El lugar es cero turístico y cualquier outsider llama mucho la atención. A pocos kilómetros del centro, hacia el sur, por camino de tierra, esta el point de surf: EL FARO. Es famoso por que, según dicen, es la ola mas larga del mundo…En ese punto la bahía se cierra y hace que se forme una izquierda bien larga.
Los pocos surfistas que llegan, de cualquier parte del mundo, se alojan en LOS FAROLES. Cuando yo estuve, coincidi con un grupo de 5 o 6 brasileros fanáticos del surf, preocupadísimos por la altura de las olas, chequeaban el Wind Guru minuto a minuto, iban hasta el point 3 veces por dia para ver si la ola estaba buena. Tambien llego otro grupo de surfistas compuesto por Canadienses, Isrealies y Newyorkers (si si, los de New York no son norteamericanos, son Newyorkers, se consideran independientes).
Tambien conoci a dos ecuatorianos que estaban haciendo un moto-trip alrededor de Sudamerica. Muy buena onda! Bernardo Jarrín y Fernando Soto. www.alfindelmundo.ec
En Pacasmayo disfrute mucho del pueblo y del hostel. Descanse en el jardín, dormi en las hamacas paraguayas, jugué con los perros, cocine bastante, sali a correr e hice yoga en la playa. Un dia le alquile una tablita a Carlos y fui hasta EL FARO. La ola estaba muy chica, imposible para surfear, pero de todas maneras fue una satisfacción haber estado un rato en el agua, en esa bahía tan linda! Pacasmayo fue mi ultimo destino de Peru, antes de cruzar a Ecuador.
PERÚ
Cuando digo la palabra PERU, lo primero que se me viene a la mente es la expresión “me costo un Peru” y me pregunto de donde vendrá dicha expresión y porque habrá perdurado tanto en el tiempo y en la mente de las diferentes generaciones. En cierta manera, en Peru todo te cuesta y ésa es la explicación que yo le doy a dicha frase (aunque no sea la real).
Este fue mi segundo viaje al Peru. Sumando los dos viajes, estuve prácticamente 2 meses recorriendo diferentes puntos. Viaje por gran parte del país, Sur y Norte; costa, montaña y selva, conozco sus rutas, sus transportes y sus comunicaciones. Conozco sus ciudades, pueblos y zonas turísticas. Conoci a muchos peruanos, de todos los estratos socioeconómicos.
Peru me genera un sentimiento de AMOR-ODIO al mismo tiempo. Sentimientos encontrados, opuestos, enfrentados: destinos increíbles, paisajes espectaculares, gran cultura, historia milenaria, pero siempre falla algo, a todo le falta una vuelta de rosca, siempre “faltan 5 para el peso”. Y es eso lo que te deja siempre un gusto amargo, una mala experiencia que te llevas y que de cierta manera opaca todos los buenos sentimientos vividos. Certeza e Incertidumbre al mismo tiempo: uno tiene los datos, pero no coinciden con la realidad: uno sabe el horario de salida del bus, pero la realidad es que va a salir en otro horario. Uno sabe cuanto cuesta algo, pero la realidad es que va a tener otro precio. Uno sabe cuando sale, pero no cuando llega a destino. Y asi miles de ejemplos… Seguridad e Inseguridad: uno se siente seguro, caminando por los diferentes pueblos, comodo, sin grandes preocupaciones, pero siempre hay alguien que te quiere robar, sin violencia, sin agresividad, simples rateros, ladronzuelos; siempre hay alguien que se quiere quedar con un vuelto, o cobrarte de mas, o hacerte una pequeña estafa. No es gran cosa, pero son simples situaciones que alcanzan para que te quede ese gustito amargo que hace que las cosas se compliquen, sean dificultosas, pequeñas piedras en el camino que hacen que atravesarlo, te “cueste un Peru”.
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