Vilcabamba fue increíble, especial, mágico. Y como todo lugar o experiencia mágica, es difícil de plasmar con simples palabras, por ende voy a ser breve ya que no soy capaz de explicar por este medio la experiencia vivida. Guardare los recuerdos solo en mi memoria.
Fue el ultimo destino de mi recorrido en el cual viajaria solo y considero que fue el mejor de todos. Todo llego a su punto optimo y que esos días fueron un premio a todo el esfuerzo realizado hasta el momento.
Desde Loja, llegue al pueblito de Vilcabamba, sin muchas referencias ni expectativas. Lo único que había leído era que se trataba de un pueblo en el cual la longevidad de sus habitantes es notable. Mucha gente llega a vivir muchos años. Es común ver ancianos caminando por la plaza principal del pueblo.
Vilcabamba – 1.520 msnm – KM recorridos: 9.655
Al llegar, di un par de vueltas en busca de alojamiento. A primera vista, no encontré mucha oferta interesante. Finalmente llegue a un hostel que en este momento no recuerdo el nombre. Queda sobre la ruta de acceso, a dos cuadras de la terminal y a una y media de la plaza. La dueña se llama Maria. Vive en el hostel con toda su familia. Me ofreció una cama en un cuarto que era de paso antes de entrar a otro cuarto compartido. El baño afuera!
Llegue muy temprano a la mañana y me tire a descansar. Del cuarto de adentro de mi cuarto salió un nordico que muy simpáticamente empezó a hablarme. Era Enrique, nombre en español de uno de los tres suecos con los que entablaría una gran amistad.
Considero que uno de los grandes factores que hicieron que la pasara tan bien en Vilcabamba, fueron las buenas compañías: Los suecos fueron los mas de lo mas, muy buena onda, nos reimos demasiado, los llegue a conocer mucho y vivimos grandes experiencias. Enrique: vago y atorrante, músico, en busca de un destino, termino el servicio militar y decidió viajar, fanatico de las fiestas esta pensando la posibilidad de vivir la buena vida a través de ellas. Tobias: un poco mas responsable, estudio periodismo, volverá del viaje para trabajar en un periódico, con el tuvimos largas charlas de muchísimos temas interesantísimos. Zacarias: pura luz, irradia excesiva buena energía y generosidad, gracioso, no le importa nada, intenta aprender español a toda costa, despues de Sudamerica, volvera a viajar por la India, “su lugar en el mundo”.
Con ellos pase toda mi estadia en Vilcabamba, pero no fueron los únicos personajes interesantes: Guillaume, muy french, superintelectual, generación idealista y romantica parisina, vivio un año en Lima, habla español muy bien. Julianne y Katrina: alemanas, divertidas, se acoplaban a todos los programas conmigo y los suecos. Alfred, tipo grande, de USA, viene viajando desde Utah, tiene la barba mas larga que vi en mi vida, muy gordo y muy alto. Joaquin, español, tipo grande, ex rico caído en crisis, mal de amores, se vino de viaje a Sudamerica, nostálgico, charlatan, gran contador de cuentos, no quiere encariñarse con nadie para no sufrir, simplemente viaja y vive.
Tambien conocimos a otros grandes personajes como un grupete de teatro argentino en busca de talentos, una mujer grande italiana misteriosa, John canadiense escritor vino a dedo hasta Vilcabamba en donde planea terminar su novela, Bob del estado de Colorado y su novia del estado de La Florida, un alemán viejo hermitaño, un neozelandez demacrado estilo Cocodrilo Dandy que vive en el pueblo hace 28 años, un sueco dueño del bar, dos jóvenes californianas cantantes de música country, la profesora de yoga, un argentino músico estilo Manu Chao, Rosemary de Missouri, un argentino con el ego muy alto, Jayron ecuatoriano muy interesado en mi viaje, una española que venia desde Nicaragua, una argentina con rulos que se había enganchado a un Norteamericano que se retiro en el pueblo, entre otros varios sujetos interesantes…
Como en todos los destinos, ni bien llegue defini un plan con diferentes actividades que quería hacer en el pueblo. Pero sinceramente, todo fue fluyendo de otra manera, yo me deje llevar por lo que me deparo el destino y fui viviendo dia a dia, momento a momento, y realmente lo disfrute muchisimo. Hay muchas cosas que tenia planeadas que no llegue a hacerlas, pero todo lo que hice lo aproveche al máximo.
El valle esta rodeado por sierras e infinidad de caminos para hacer diferentes trekkings: un dia hice solo un trek de unos cuantos kilómetros a través del camino que pasa por el zoológico. Otro dia, con el frances Guillaume hicimos el trekking que va al costado del Rio Yambaba e intentamos llegar hasta las cascadas. Se largo a llover torrencialmente y el barro nos llegaba hasta los tobillos, era imposible seguir. Decidimos tomar otro camino y llegamos hasta el Agua de Hierro. Otro dia, sin planearlo, salimos de caminata con Tobias a través de los senderos de la Reserva Natural Rumihuilco. Zona protegida en la ladera de una montaña. Adentro hay una comunidad ecológica que recibe visitantes.
Vilcabamba es famoso por su vida sana y natural. Mucha gente de todas partes del mundo, decide retirarse a sus tierras en busca de este tipo de vida. Hay una movida ecológica y natural muy grande. Son comunes los eco-lodges y eco-hostels, huertas organicas y granjas de permacultura. La comida vegetariana y macrobiótica estan a la orden del dia. Son muchos los centros naturistas y almacenes con productos organicos. Hay muchos lugares con clases de yoga, meditación, sesiones de reiki, y clínicas con terapias alternativas. Es muy común ver toda la información de estos centros y actividades en las carteleras de los hostels.
Un mañana fui a averiguar al Centro de Meditacion por una buena clase de Yoga. En esos días no había ninguna que me interesara, pero justo di con una señora norteamericana de unos 70 años que me paso el tip de una clase que según ella era la mejor de todas: Unicamente los domingos a las 10 am en una casa perdida en la montaña. Me explico mas o menos como llegar: desde la plaza dos cuadras, despues a la derecha, tres cuadras, a la izquierda, atravesar un rio, seguir 350 metros cruzar otro rio, el puente a la derecha, subir por el camino de tierra, medio kilometro, pasar la tercera casa, bla bla bla….”hopefuly I’ll remember all this on sunday morning”. En fin, el domingo a la mañana mi instinto me llevo hasta el lugar indicado y asi fue como llegue a una casa espectacular en la ladera de la montaña al costado de un rio con vista al valle, en un tercer piso un deck gigante todo abierto, sin paredes. Ahí me recibió la profesora de Yoga, una inglesa muy Zen y simpatica, con mucha paz me invito a pasar. La clase estaba compuesta por unas 15 personas, hombres y mujeres de absolutamente TODAS PARTES DEL MUNDO. Una hora y media de yoga, estiramiento y meditacion. Fue la mejor clase que fui en mi vida…INCREIBLE!
En el hostel se armo una onda muy copada. Todos compartían todo: charlas, comidas, buenos momentos. Una de las Alemanas me llego a decir:”estoy contenta porque somos como una gran familia, nunca nos paso esto en ningun otro lugar”. Un mediodía, el español Joaquin preparo una mega comida típica española e invito a comer a todos. Eramos como 15! Mi ultima noche, compramos comida y cocinamos, junto con los suecos, pastas para nosotros, Joaquin, Al y las alemanas. Riquisimo! Gran Momento. Gran Despedida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario