lunes, 2 de enero de 2012

La Ciudad Blanca

Sucre: 2.710 msnm – KM recorridos: 4.485 aprox.
Apenas llegue a Sucre, lo único que quería era irme. Las afueras de la ciudad son muy parecidas a toda la ciudad de Potosi: muy pobre, muy desprolijo y muy sucio. No da ganas de quedarse ni un minuto. Pero a media que fui conociendo el centro de la ciudad, con la luz del dia, me fue gustando cada vez mas.
El casco historico de Sucre ocupara 15 cuadras por 15 cuadras. La arquitectura es estilo colonial con influencia francesa y ciertas construcciones (en especial algunos balcones) estilo español. La gran mayoría de los edificios históricos, museos e iglesias están prolijamente pintados de blanco. En Bolivia la llaman la “Ciudad Blanca”. Sucre es la capital juridica del país. Las plazas y parques son muy lindos y muy cuidados, y las iglesias son espectaculares. Como esta construida sobre montañas, la ciudad esta llena de subidas, bajadas y desniveles.

Dos cosas que me llamaron muchísimo la atención fueron: todo lo que tocan la bocina en esta ciudad. Cada frenada, acelerada o doblada viene acompañada de un bocinazo, sin razón alguna! y la cantidad de cables (teléfono, electricidad, TV, etc.) a la vista por todos lados. Atraviesan las calles y todas las construcciones. Es impresionante lo que “afean” a la ciudad y es imposible lograr una buena foto sin que la atraviese una línea negra por el medio.


Un factor shockeante es la pobreza de la población local. Todo el tiempo, y sobre todo en el circuito turístico, la gente esta en la calle pidiéndote plata o que le regales algo. Tambien es llamativo el trabajo infantil. Uno ve cientos de chicos de menos de 10 años vendiendo revistas, lavando autos, lustrando zapatos o trabajando de mozos en los comedores locales. Con varios chicos que me vinieron a pedir plata o a vender algo, me quede hablando y preguntandoles de sus vidas. Una chiquita se me quedo mirando con la cara de tristeza mas terrible que vi en mi vida…

A pesar de la pobreza, a mi no me paran de impresionar los colores llamativos que visten las mujeres Bolivianas. Es impresionante! Están vestidas igual que hace mas de 100 años. Con sus largas polleras, trenzas, sombrerito y esas telas reyadas multicolores super estridentes: fucsia, amarillo fluo, naranja chillon, verde loro! Es como si se esmeraran en encontrar los colores mas llamativos que existiecen.
Mi lugar favorito de Sucre, sin dudarlo, fue el Mercado Central. Desde que lo descubri, no pude dejar de ir por lo menos 2 veces al dia. Queda a tan solo 1 cuadra y media de la plaza principal, ocupa toda una manzana y tiene tres pisos unidos por rampas y escaleras. Se vende de todo! Pero principalmente alimentos, materias primas. Me imagino que debe ser el paraíso de los cocineros. Esta dividido por secciones, y en cada sección hay cientos de mini puestitos que ofrecen de todo y las cosas mas extrañas. Sector frutas y verduras, sector carnes, lacteos, postres, legumbres, jugos naturales, especias, frutas secas, etc, etc. Yo lo recorría y me sentía Anthony Bourdain. Lo mejor de todo, era el ultimo piso: “comida preparadas”. Cientos de puestitos, colmados de gigantescas caceroles sobre los fuegos, atendidos por sus gordas dueñas con pañuelos en la cabeza. Te sentaban en una mesa compartida (obvio) y te servían desayunos y comidas al mediodía. Baratisimo, riquísimo y platos gigantescos! Por 12 bolivianos comia un plato de algún corte de carne, con arroz + fideos + papas + ensalada! De todo un poco! MUY BUENO, para recomendar en la guía oleo!



El dia de navidad, algunos fuimos a misa. Fue la misa mas rara a la que haya ido. Llena de gente (en Bolivia la gente es muy creyente y practicante), toda la iglesia llena de color, arbolitos de navidad y millones de luces de colores. Una misa muy rocker, el coro estaba acompañado por un banda de rock, con guitarra eléctrica y batería! Parlantes a todo vapor! Todos hacían palmas al ritmo del Aleluya! Yo no lo podía creer, los europeos menos. Otra cosa llamativa, era que todas las mujeres llevaban a un niño Jesus gigante en su cuna para que le diesen la bendicion. Pero eran gigantes! Como una competencia de quien tenia el niñito Jesus mas grande y mas decorado.
En sucre me quede como 4 dias. El Residencial Bolivia, nos acogió muy bien y estábamos muy comodos. (Despues de unos días, descubrimos que algunas personas usaban al hotel como albergue transitorio, pero eso es solo un detalle). Con el paso de los días, algunos de mis compañeros de los últimos días, se fueron yendo hacia otros destinos.
Una de las ultimas noches, con los Suizos y las Holandesas, compramos papitas, quesitos y un vinito para hacer una picada en uno de los patios del Hostel. Nos quedamos toda la noche, jugando juegos con cartas y dados. Las borrachas de las holandesas trajeron una botella de vodka para hacer juegos para tomar. Volvi a mis 17, me puse la camiseta del animador de la mesa, y les enseñe todos los típicos juegos argentinos para tomar. Se hicieron las cancheras y las hice bajarse la botella entera, como dos pichonas.


En Sucre, un dia sali a correr. Si, insolito, pero tenia la necesidad de hacer deporte, me calce la llantas deportivas, el short y a hacer running por el parque. Salir a correr es un habito, y descubri que este tipo de viajes es ideal para incorporar o eliminar buenos o malos habitos. No pare  de escuchar a viajeros diciendo: “desde que empece el viaje ya no…” o “desde que empece el viaje no paro de…”.  Y es verdad! Por mi parte,  desde que empece el viaje soy mas paciente, leo mas, elimine el café, anoto mis gastos y tomo REDOXON!!!  Yo creo que el estar permanentemente vivendo situaciones fuera de lo común, hace que uno cambie ciertos habitos de la vida cotidiana.

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