jueves, 12 de enero de 2012

El viajar…es un placer?

Conversacion con algun extranjero: Despues de la obligadas preguntas: “what’s your name?”, “where are you from?” y “for how long you’ve been traveling?”, llega la curiosidad sobre que hago en Buenos Aires… Ahi es cuando pongo play y empiezo a relatar que hace dos años me recibi de Licenciado en Administracion de Empresas, durante un año y medio estuve trabajando en un empresa de telecomunicaciones, pero un buen dia decidi renunciar y salir a viajar por el mundo para definer realmente que es lo que quiero para mi vida… Automaticamente, la cara del receptor (no importa su edad, genero o nacionalidad) se transforma en una gran sonrisa de alegría y expresiones de lo mas optimistas y alentadoras salen de su boca. Ahí es cuando se me llena el alma y una vez mas confirmo que estoy haciendo lo indicado en el exacto momento y en los lugares justos.

Durante Uyuni y Sucre estuve muy acompañado. Fueron varios días. Por algunos momentos empece a sentirme demasiado interdependiente del grupo. Tenia la necesidad de estar solo nuevamente, por lo menos durante algún tiempo. Tampoco quería perder toda la introspección y el convivir conmigo mismo, que había logrado durante el silencio vivido en el Norte Argentino.
En Cafayate y en Iruya, había conocido a dos Norteamericanos que vinieron a hacer un voluntariado durante tres meses a Cochabamba. Los dos me recomendaron esa ciudad, argumentando que era linda y sin tantos turistas. Siguiendo su consejo, cierto dia saque un ticket de bus desde Sucre con destino a Cochabamba.
En Bolivia, el transporte es simplemente inentendible. Por ejemplo, para ir a Cochabamba existen 20 mini compañías que absolutamente TODAS salen entre las 18 y las 19 hs. TODAS! y se pelean y compiten entre ellas por conseguir hasta el ultimo pasajero para llenar todos los lugares del colectivo. Y ninguna sale en otro horario. Sin ser un genio de los negocios, no es difícil imaginar que sin tan solo alguna saliera en otro horario (por ejemplo a las 10 am) se haría millonaria. En fin, estuve obligado a salir en el horario ofrecido y a viajar de noche contra mi voluntad. Sin conocer a las diferentes empresas, uno elige a alguna por el aspecto de la boletería, el chamullo del vendedor o simplemente al azar. Muy ingenuamente, uno le pregunta al boletero cual es el colectivo y te muestran una poster de un super bondi ultimo modelo con fondo de Miami Beach. Cuando llegas a la plataforma, te encontras con un bolido lechero oxidado con bola de boliche al frente y luces de neon. Uno analiza de arriba a abajo el aspecto del chofer como si pudiese corroborar la agudeza de sus sentidos. Una vez logrado el tramite de despacho de mochila, uno se encomienda al Señor de los Cielos, respira profundo y sube al transporte que se apodera de tu vida. Una vez en el pasillo, uno se fija en el boleto el numero de asiento y simula chequearlo varias veces, como si fuese necesario, pero en realidad esta rogando internamente, un compañero de asiento medianamente potable. “El viajar es un placer…” A VECES! En Bolivia, generalmente no lo es! Los asientos raramente se reclinan, las ventanillas difícilmente se abran, la película… bueno, la película, uno preferiría que no pasaran ninguna película. A veces menos, es mas! Sobreventa? SIEMPRE. Es muy común, que el pasillo este colmado de gente sentada o inclusive acostada! Los pasajeros locales suben con todo a cuestas: paquete, paquetito, caja, cajita, cajeta. Nunca falta algún ser del reino animal. Siempre hay un niño llorando (acaso ese chico no tiene padres? sus padres son sordos??). Y por supuesto, el comer a bordo, es un must! Y no me refiero a comer galletitas. Cuando llega el horario de alguna comida, en los parajes suben vendedoras a comerciar sus: carnes, pollos, arroces, choclos, quesos, todo recién salidito del horno. UNA DEGUSTACION OBLIGADA aunque uno no consuma nada!  Como los colectivos no tienen baños, cada dos horas se hacen paradas. Cuando uno pregunta de cuanto tiempo es la parada (para calcular si hay tiempo para comprar algo para comer), el chofer te responde: “UN CACHO”. Un cacho a veces significa 5 minutos y a veces media hora. Descubri que UN CACHO es el lapso que le lleva al chofer hacer todas sus necesidades. Por ende, uno tiene que agarrar sus cosa, ir a mear rápidamente al montículo cercano, entrar al paraje, analizar la oferta gastronómica, comprar lo de mejor aspecto, salir y comerlo de dorapa al lado del colectivo, en caso de que el chofer vuelva y arranque súbitamente! Ni vamos a entrar en detalles acerca de la forma de manejar de los choferes bolivianos. Con solo decir que en las curvas, donde hay doble línea amarilla, ahí es justo en donde sobrepasan al auto de adelante…
Mi viaje duro dos horas menos que las estipuladas. El chofer venia “matando pajaritos” por el camino de cornisa, curva, contracurva, vengo, voy, acelero, derrapo… en fin, llegamos a Cochabamba en vez de a las 7am, a las 5am. En ese horario, la terminal esta aun cerrada, por eso los colectivos se estacionan en la entrada haciendo cola. Como a esa hora hace un frio terrible, nadie se baja, todos se quedan durmiendo arriba del colectivo. Como mi hostel, habría a las 7am, yo también me quede haciendo tiempo arriba del colectivo.

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