Uno de los tantos objetivos que me plantee al salir de Buenos Aires fue recuperar el poder de asombro. Descubrir y maximizar diferentes niveles de sorpresa. Desde las cosa mas chiquititas, poder revalorarlas y disfrutarlas, hasta tener el privilegio de encontrar cosas impactantes, sorprendentes y que fueran un gran flash. Asi fue como, desde que empezó el viaje, trate de valorar todas aquellas pequeñas cosas que generaran en mi algún sentimiento o emoción particular: una imagen, una persona, un gesto, alguna música del lugar, un objeto, ciertos colores, alguna costumbre, alguna expresión de la naturaleza, formas de hablar, algún animal particular, alguna comida o bebida típica, sus gustos, sus olores, etc.
Hasta el dia 21 de Diciembre, aun no había encontrado aquella gran cosa o situación que me flasheara, que me impactara en gran medida, que me sorprendiera. Ese dia, entre al Salar de Uyuni. Unico, por ser el mas grande (15.000 hectareas) y el mas alto (3.665 msnm) del planeta. Cualquier cosa que escriba aca, no va a ser suficiente para describirlo o para tratar de plasmar lo que se siente al atravesarlo. Lo único que puedo decir es que ningún mar, rio, laguna, montaña, campo, playa o cualquier otro paisaje de la naturaleza, en mi opinión, se asemeja a la perfeccion de ese lugar y al impacto visual que genera en todo aquel que lo visita.
Realmente, no pude sacarme la sonrisa de la cara desde que llegue hasta que me fui. La energía que absorvi en el Salar fui impresionante. El piso es perfectamente liso y blanco impoluto. El sol refleja de una manera impresionante. Solo te dan ganas de correr y saltar. Con la camioneta fuimos hasta el medio del Salar, en donde todo lo que se ve alrededor es blanco, no se distingue el horizonte. El espacio es un todo, no hay diferencia entre el cielo y la tierra, y uno esta flotando en esa inmensidad blanca. Me encanto, espectacular! Hasta ahora, lo mejor!
Mas tarde, fuimos hasta un sector en donde todo el piso estaba cubierto por una fina capa de agua de no mas de 5 centimetros, originada por las lluvias. Ese fue el mejor lugar de todos. Todo el piso era un espejo, todo se reflejaba. Y cuando uno caminaba parecía que caminaba sobre el agua. En la camioneta parecía que íbamos por un mar, pero tan solo eran 5 cm de agua. PERFECCION!
En otro sector, tuve como una hora para estar solo. Deje la mochila y las zapatillas en el piso y empece a caminar descalzo sobre la sal fria, sin un rumbo especifico. Uno pierde el sentido de las distancias, y a los pocos minutos me di cuenta que mis zapatillas y mi mochila eran un puntito negro en la distancia como a 200 o 300 metros.
Tambien vimos muy buenas imágenes como a los trabajadores del Salar, haciendo las extracciones de los bloques de sal. Al mediodía comimos en al mitico Hotel de Sal. Tambien vimos a una pareja de llamas que salieron, no se de donde, caminando por el medio del salar. Y a la noche dormimos en un hostal, también todo hecho de bloques de sal (el piso, las paredes, las mesas, las sillas, hasta las camas hechas de Sal). MUY BUENO!!!
Voy a pasar a describir al equipo que me acompañaba en la camioneta A, a cargo del guía Saul:
· Carolina, colombiana, (idioma: español) estuvo 8 años de novia a la distancia (ella en Bogota, el novio en Medellin), despues se fue a hacer un intercambio durante un año a Buenos Aires. Hace 20 dias, el novio le corto! Ella decidió volverse a Colombia, viajando durante dos meses por tierra para reflexionar acerca de su futuro.
· Fanny, Francesa (idioma: francés), 35 años, psicóloga. Muy reflexiva.Viajera por naturaleza, esta recorriendo sudamerica y haciendo trabajos voluntarios, por tiempo indeterminado hasta que logre la transformación espiritual que tanto esta buscando. En Francia, la espera con paciencia su novio guardaparques, hasta que ella se sienta realizada. Con Fanny hablamos muchísimo de nuestras respectivas parejas y relaciones. Largas charlas muy interesantes.
· Marlene y Mike, novios, suizos (idioma: suizo-aleman), muy buena onda, jóvenes, trabajan en Berna, aman viajar y se pidieron 6 meses de licencia cada uno para poder realizar el viaje. Su recorrido y tiempos son bastante similares a los mios, por lo que creo que me los volveré a cruzar.
· Susan y Amanda, holandesas, (idioma: holandés), graciosas y guarangas. Fanaticas de Maxima Zorreguieta (“If you ever see her, tell her we love her!”). Susan estudio historia y ahora tiene que empezar la especialización, de novia hace un año. Amanda estudio ciencias, y ahora tiene que volver para buscar trabajo, de novia hace 8 años. Las dos están viajando por sudamerica durante 4 meses. Objetivo: reencontrarse consigo mismas, ver otras realidades y valorar mas la vida que les toco.
En la camioneta B, a cargo del guía Gonzalo, había una pareja de Australianos, una pareja de Chinos, una pareja de Israelíes, y Fidja, quien amerita especial destaque: Inglesa de Londres pero con orígenes Indues (padre y madre en la india), pero vive en Sydney, Australia. Negra con puntito entre los ojos, muy indu, pero con pretty british accent. Contadora. Trabajaba para Young & Rubicam de Sydney, renuncio “siting behind a desk: Sooo not me!” Muy graciosa, hacia chistes y comentarios graciosos todo el tiempo.
Entre todos había muy buena onda, y el medio de comunicación era el SPANGLISH absolutamente!
En la primera noche, comimos y dormimos en otro hotel hecho completamente de sal, ubicado en uno de los tantos pequeñisimos pueblitos que están sobre el borde del salar: Chuvica. Muy buena la noche esa: la comida riquísima y un vinito espectacular. El hotel no tiene electricidad, por ende tempranito se apagaron las velas y estábamos obligados a ir a dormir. El cielo en ese lugar era impresionante, todo el tiempo pasaban estrellas fugaces.
A la mañana siguiente, muy temprano arriba! Desayuno, cargamos las camionetas y salimos! Pasamos por otros pueblitos similares como Colcha K y San Juan, atravesamos otro salar, pero de color marron, y finalmente llegamos a la base del Volcan Ollague. Mas tarde, recorrimos kilómetros y kilómetros de ríos de lava petrificados y atravesamos varios volcanes mas.
Al mediodía, llegamos a la primera de las Lagunas de minerales: Laguna Cañapa. Ahí comimos espectacularmente bien, al costado de la laguna. Estas lagunas son muy bajas (tan solo unos pocos centímetros de profundidad) y tienen colores raros debido a que están compuestas cada una por diferentes minerales (azufre, bórax, etc.). En las lagunas habitan Flamencos! Si, si, FLAMENCOS! Tres diferentes especies. Increíble! Volvimos a arrancar y pasamos por otras cuatro lagunas mas: Hedionda, Honda, Charcota y Cachi. Mas tarde, llegamos a un desierto gigante, alcanzando el punto mas alto de la expedición, a 5.000 metros de altura. En ese desierto, nos cruzamos a un viajero europeo que estaba cruzando toda esa región en bicicleta! Por la arena, cargadísimo, bajo el rayo del sol, en bicicleta! Todas las camionetas, pasaban cerca de el tocando bocina, gritando, aplaudiéndolo, alentándolo! WOW! Que espíritu. Yo creo que en el mundo hacen falta mas personas con ese espíritu de aventura y superación, que se animen a concretar grandes objetivos…
Ya entrada la tarde, llegamos a una zona de formaciones rocosas muy particulares, que mucho años atrás estaban cubiertas por la arena, pero el viento las destapo. La mas famosa de estas formaciones es el Arbol de Piedra.
En cierto momento, se ingresa al Parque Nacional Avaora. Hay que pagar, en una garita $150 bolivianos, y te dejan pasar. Esta es la región del extremo sudoeste de Bolivia, que llega hasta el punto de la triple frontera con Argentina y Chile. Del lado chileno, esta San Pedro de Atacama. Dentro del parque, fuimos a la Laguna Colorada. Gigante, llena de flamencos y colorada por ciertas algas y cierto mineral que convierten su agua en ese color tan llamativo.
Finalmente, llegamos al segundo hospedaje. Este mas precario que el primero. Muy temprano comimos y a las 9 de la noche nos mandaron a dormir. A la mañana siguiente nos despertarían a las 4 a.m.
Tercer dia: De noche absolutamente, a levantarse! Frio extremo que calaba los huesos, cielo negro, infinita cantidad de estrellas, sin desayunar, arrancamos! Llegamos para el amanecer a los Geysers (fumarolas). Es una zona volcánica, activa. Cerca de varios volcanes, son emanaciones de gases y vapores que provienen desde el centro de la tierra. Muy impresionante!
Un poco mas tarde, llegamos a un pequeño paraje con aguas termales naturales a 40 grados de temperatura. Primero desayunamos y después nos metimos a las aguas. Muy graciosa la imagen: decenas de viajeros de todas partes del mundo, haciendo equilibrio para cambiarse con ese fresquete, con la toallita tapándose, para poder meterse en el agua calentita. Muy divertido!
Despues, llegamos al punto mas extremo hacia al sur, en donde el Volcan Licancabur, divide a los tres países. Ahí también esta la Laguna Verde. Mas linda aun que la Colorada.
A partir de ahí, empezamos a volver hacia el norte. Pasamos por otro desierto: El Valle de Dali, llamado asi por su parecido con los cuadros del famoso artista plástico. Volvimos a parar en el Valle de las Rocas, otra zona de formaciones rocosas, y desde ahí ya volvimos directo para Uyuni. En el camino de vuelta, pasamos por otros dos pueblos llamados Culpina y San Cristobal.
En trayecto total fue de mas de 1.000 kilometros. Subimos, bajamos, y pasamos por todos tipo de paisajes. Vimos muchos animales, como flamencos, zorros, avestruces, codornices, vicuñas y llamas! La cantidad de Llamas que hay en este país, NO ES NORMAL!
A las 5 de la tarde del 23 de diciembre, llegamos de vuelta a UYUNI…
INCREIBLE!
ResponderEliminarQ hermoso lo que tus ojos ven! realmente me hce muy feliz que estes viviendo esto! disfrutalo! mucho! un Beso!
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